Descripción
Se dice que el Scottish Crowdie es el queso más antiguo de Escocia. Parece ser que ya lo elaboraban pictos y vikingos en las Highlands escocesas, alrededor del siglo VIII.
Es un queso fresco bajo en grasa, elaborado con leche de vaca. De sabor ligeramente amargo, es muy similar al queso cottage. Su textura es a la vez muy cremosa y quebradiza. Se parece un poco al queso tipo «philadelfia», pero con un sabor más pronunciado y particular. En su elaboración se pueden añadir especias, a menudo pimienta negra triturada y avena tostada, para pronunciar sus aromas. Como los otros quesos que se pueden elaborar en casa, sus posibilidades culinarias son infinitas.
Dice la tradición que queso ha de servirse sobre galletas de avena antes del Cèilidh (la danza tradicional de los pueblos gaélicos)… ¡¡¡Para aliviar los efectos del consumo de whisky!!! 😀
El kit contiene los ingredientes suficientes para hacer un montón queso en menos de una hora: cada 4 litros de leche, si es entera, se obtienen alrededor de 680g, en función del contenido graso de la leche o de los ingredientes que empleemos para enriquecerla.
El kit contiene:
- 1 termómetro para lácteos
- 1 paño de muselina grande
- 3 pastillas de cuajo vegetal, apto para vegetarianos (1/4 de pastilla cuaja 4 litros de leche)
- 1 pax de ácido cítrico
- 1 pax de sal marina, sin yodo
- 2 folletos de instrucciones detalladas con imágenes, en inglés; más instrucciones e indicaciones nuestras, en español
Nota Importante:
La verdadera dificultad en la elaboración de los quesos y cuajadas en general, reside en encontrar leche con la calidad adecuada. Los bricks habituales no sirven debido a los procesos UHT y de homogeneización al que se somete la leche para aumentar su conservación.
Si se dispone de leche fresca, no es necesario efectuar ninguna acción y el cuajo se puede emplear tal cual. De no ser así, es preciso emplear la leche refrigerada que venden casi todos los supermercados. Mejor entera. Aún así, el proceso de pasteurización al que debe de someterse la leche hace que ésta pierda parte del calcio necesario para realizar un buen cuajado. Hay varias formas de solucionar este problema y obtener un muy buen queso, completamente a nuestro gusto y con la consistencia adecuada. Una solución es añadir a la leche una pizca muy pequeña de cloruro de calcio de uso alimentario, que es un aditivo muy utilizado en la industria quesera. Sin embargo, si no queréis emplear aditivos, también podéis añadir un yogur enriquecido con calcio por cada 2-4 litros de leche fresca; no hace falta añadir mucho tampoco para obtener buenos resultados.